Hoy nos hemos levantado con el día lluvioso, y así continuará durante el camino en tren hacia Sofia. Entre emotivos llantos y abrazos nos hemos despedido de nuestras familias y nuestros queridos amigos que siempre llevaremos en el corazón.
Después de dos horas en el tren, llegamos a Sofía, la capital.
Dejando las maletas en la estación para luego marchar al aeropuerto, comenzamos nuestra visita a los lugares más recónditos de esta bonita ciudad, como varias iglesias ortodoxas, una mezquita y una sinagoga, además del palacio de congresos y el ayuntamiento de Sofía.
También paseamos por un curioso mercadillo de comida con gran cantidad de gente y puestos.
A la hora de la comida nos dirigimos con los eslovacos y los polacos a un restaurante en el que compartimos nuestras últimas palabras y recuerdos juntos.
Después de comer nos encaminamos hacia el aeropuerto, donde nos de despediríamos por última vez.
A partir de ahí empezamos el regreso a nuestra ciudad natal, Madrid; donde nos recibirán nuestras familias.
Ha sido una experiencia increíble; os animamos a todos a que luchéis por vivir algo parecido ya que merece la pena. Y a vosotros, "nature detectives" de Europa: ¡nos vemos en febrero en Madrid!